La primera película de la que me acordé cuando ya estaba viviendo en
Europa fue “Quemado por el sol” que ganó
un Óscar (mejor película extranjera, 1994). En la misma la família de un héroe
revolucionario recibe la visita de un viejo amigo que termina suicidándose en
una bañera ya que sabe cómo terminará la familia al dia siguiente. La bañadera y
el baño eran muy parecidos a la de la casa donde me alojé por un mes. Claro que
no funcionaba (había que ducharse en otro lugar), pero la ventana tenía un
tejido de encaje o puntilla pegado al vidrio, por donde se podía ver la calle y
casa de enfrente.
La segunda fue “Blue”, de Kiewslowski,
en la que la protagonista pierde a su marido (un compositor) y a su hija, en un
accidente de auto. Al recuperarse comienza una nueva vida, independiente,
solitaria y anónima, donde se la ve nadando, manejando, etc. sin decir ni una
palabra. Y claro, en muchos momentos te podés encontrar hablando con tu yo
interior y nadie más (Ya que generalemente nadie te habla). Dicen que en algunos
países, los hombres ni se animan a mirarte a los ojos.
La tercera fue “El fantasma de la
Ópera” cuando la hermosa protagonista recibe flores del fantasma que
aterroriza la Ópera de París, en su túmulo bajo la helada nieve. Ya que nevó
varias veces y caminando podés pasar por lugares similares además del
cementério que es abierto al público y lleno de árboles.
Caminando por el pequeño centro de una ciudad europea,
también me acordé de francés "El Fabuloso Destino de Amelie Poulain”, después de ver tanta
gente andando en bicicleta por todos lados. Finalmente, pasando por una pequeña
galería de cuadros me acordé de "La
vida de Adèle”, reciente película francesa dramática-romántica, más
conocida por: Le bleu est une couleur chaude, en la cual la protagonista
se pone un vestido azul para ir a una galería artística (inauguración), pero cuando yo paso no se ve ni un alma…
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